Dicen los especialistas que la juventud cubana, así en singular, no existe, que hay que hablar en plural. Como también reconocen que es simplista la teoría de que todos los jóvenes cubanos se desmarcan completamente del socialismo como proyecto político, tampoco todos lo ven como una solución para los problemas de la Isla.
Es cierto que uno de cada tres cubanos nació después de la desaparición del campo socialista. Llevan una marca que se llama Periodo Especial que es contundente. Los más jóvenes no tienen memoria de las etapas iniciales y más exitosas en política social del proceso revolucionario, la épica revolucionaria, las evidentes transformaciones y los beneficios de las primeras décadas no les dicen nada. Han conocido los últimos 30 años, con la secuela de la escasez, del aumento de la desigualdad, de supuestos proyectos de vida fallidos y planes de migrar a edades cada vez más tempranas.
Un proyecto de vida es un constructo que define al conjunto de conocimientos, emociones, acciones, motivaciones, que de manera coordinada buscan el logro de determinadas metas, propósitos u objetivos específicos en una perspectiva futura. Pero los jóvenes de hoy piensan en cosas muy concretas que les afectan, la situación de la vivienda, de la comida, en que no tienen MLC….
Construirlo desde la perspectiva de lo cotidiano en la Cuba de hoy, donde se mezclan complejas condiciones económicas y sociales, exige una voluntad de transformación que convoque a una nueva relación entre el pensar, el hacer y el desear. Para algunos no existe proyecto de vida posible en un país así, hay otras prioridades por encima de hacer planes a largo plazo. Vivir el día les ha quitado la capacidad de mirar más allá. Las investigaciones sobre el tema revelan una concepción de inmediatez o presentismo, objetivos elementales y muy próximos en el tiempo, además de un pesimismo evidente.
Los espacios de participación conciben a los jóvenes como pasivos espectadores que tienen por encomienda salvaguardar un estado de cosas y eso va en contra de lo que históricamente a representado la juventud. Y a eso hay que sumarle que internet ha reconfigurado la sociedad al otorgarle a la ciudadanía la posibilidad de expresarse libremente en sus plataformas. Emergió así una narrativa alternativa a la voz predominante por años.
“Juventud, ¿sabes que la tuya no es la primera generación que anhela una vida plena de belleza y libertad?”, dijo Einstein, cada joven ha tenido su momento en la construcción ideal de la sociedad perfecta, ha gozado del derecho de ser irreverente, transgresor, revolucionario y creador. Por lo tanto, con ese mismo ímpetu con que se viven las aventuras, se fraguan los cambio, son responsables del nuevo tiempo y se convierten en el punto de inflexión del mañana.
Por Abel Anahuac